Hoy escribo aquí como un extraño. Estoy en un proceso de cambio tan evidente que duele, tan bello que avasalla, tan inaudito que estremece.
Hoy, después de muchas partidas de boca, dos entes me han confiado su amor: tú pequeña que ya sabes quién eres y don Fernando, cuyo sí ha sido realmente alentador.
Bueno, en realidad no sé si ha sido alentador o desconcertante, pues me ha devuelto a aquellos terrenos que dejé baldíos cuando abandoné Germinal por la puerta de atrás para juntarme con la loca de cuyo nombre me acuerdo, por desgracia, cada principio de mes.
Realmente estoy ante un nuevo Víctor, más bien, creo que estoy dejando de ser El Lili, para convertirme en algo nuevo, que podríamos denominar, si ustedes asienten, Víctor Xavier Feliciano Szendrei.
Resulta duro darse cuenta de que uno lleva 28 años siendo la persona que no es.
<Vaya vaya, aquí no hay playa.>
Si vienes a perfilar, a pulir, a confirmar mi nuevo rol, bienvenido; si buscas al Lili te has equivocado de puerta, amigo.
*Por cierto, ahora me siento con fuerzas, por fin, para decir esto: <Ojal?, tu puta madre!>, buah, ahora sí me he quedado agusto.
<Here comes the hotstepper!>
<Come on baby, light my fire!>
<If you wanna have buena vida, you’ve gotta be a bitch!>
<I’ll kiss your open sours.>
<Ye ye ye, soy la chica ye yé.>
<Haced algo cabrones, haced algo, como Carlitos El mago.>
Tan solo, haced algo…
Todos tenemos algo, tan sólo tenemos que empezar a demostrarlo.
Paz interior. Paz interior. Paz interior. Paz interior. Paz interior. Paz interior. Paz interior. Paz interior. Paz interior.
Paz.
Interior.
¿A cuálo?
Pax.