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Así sí.

31 años respetando, 31 años siendo bueno, 31 años sin hacerle daño ni a una mosca, 31 años cediendo, 31 años aguantando, 31 años permitiendo, 31 años aceptando, 31 años infravalorado, 31 años aplastado, 31 años torpón, 31 años escondido, 31 años retenido, 31 años corroído, 31 años insatisfecho, 31 años necesitado, 31 años malvivido… 31 años, ni una micra más. lo juro por mis muertos.

Así no.

Morir es la única salida plausible. Mi bucle se ha recrudecido.

Empieza a volverse insoportable la existencia en este vacío elegido con el que he decidido autocastigarme.

Estoy solo y aburrido. Infinitamente solo e infinitamente aburrido. De la gente, de la vida, de mi mismo.

<¡Haz lo que quieras!, ¡Eres libre!, ¡Busca algo que te llene!>, son las frases con las que aquella hermosa gente que -inexplicablemente- todavía no me ha abandonado por pesado y triste, me intenta alentar para reengancharme a este algo infumable llamada mi vida.

Pero no funciona. Es de agradecer y os doy las gracias chicos y chicas, pero no funciona. Ya no. Hubo un tiempo en que todavía tenía un mínimo resquicio de fe, de que las cosas mejorarían alguna vez, pero me he cansado de esperar.

Tengo 31 años y estoy solo. Mis amigos se han cansado de mi y han hecho nuevos amigos o han decido firmar un contrato de exclusividad y se han echado novio o novia. Yo no.

Yo no sé lo que es eso. No he tenido novia nunca y cuando lo he tenido nunca lo he considerado como tal, lo que obviamente siempre me han echado en cara.

Total, que el balance es que no hay balance. Las chicas guapas e inteligentes empiezan a escasear de manera brutal. Las de mi edad que están solteras están ya demasiado heridas tras sus antiguas batallas emocionales como para atreverse a emprender relaciones satisfactorias, las que son un poco más jóvenes viven inmersas todavía en jornadas interminables de inconsciencia juvenil, y las que son un poco más añejas ya buscan un marido/progenitor con tanta urgencia que destroza el encanto de follar sin condón.

<Noooooo, tío, te estás equivocando, es que no puedes buscar a la mujer de tu vida en los bares…>. Me dicen todos lo que han encontrado a su media naranja en una Biblioteca. Los escucho. Los observo.

La verdad es que sé que es una verdad como un templo, que las relaciones verdaderas nacen de los hobbies compartidos, pero allí es donde las cosas fallan en mi caso… yo no tengo hobbies. Me tomo las cosas demasiado en serio como para que puedan encajar en una categoría tan informal como un hobby.

Me interesa todo en general pero nada en particular, esa es la verdad verdadera. Lo admito. No tengo problemas de sinceridad, tengo problemas de gustos.

Soy un multimillonario asesor imperial al que, por algún motivo, el universo ha castigado con ser pobre y a vivir sin poder en esta vida.

Tengo la solución al 99,99% de los problemas del mundo, de las empresas y del hombre. Lo tengo, de verdad… pero nadie me la pide. Nadie.

Y no existe mayor frustración que saber que podrías cambiar el mundo y que nadie apueste por ti  para hacerlo.

Y cuando digo esto, automáticamente saltan todos los listos y me dicen, claro, es que tienes que montar algo tu y empezar a moverte, a venderte…

Suena muy bien, ciertamente. Pero a los consejeros se les otorga el puesto, no son ellos los que envían los currículums para el puesto, alguien los llama y les dice, confío en ti para hacer esto en excelencia. Yo tengo las ideas, las vías, los nichos posibles, soy un emprendedor interno, un verdadero revulsivo de excelencia… Pero no tengo ni un puñetero duro ni tengo contactos en las altas esferas…

Bien, ¿y entonces qué?

Entonces nada.

Entonces, ahora, estoy aquí, sentado, solo y tengo hambre, llevo casi un año sin hacer el amor y mis planticas se mueren por exceso de riego.

Tengo demasiado amor que dar, pero parece que no lo quiere nadie…

Esta frustración, por otro lado, genera un perfume a desesperación en mis glándulas sudoríparas que hace que se culmine el concepto pezquesemuerdelacola y retroalimenta mi imposibilidad de salir este bucle sin malvivir en el intento.

Y así están las cosas a día de hoy.

He decidido no suicidarme todavía. Todavía conservo la esperanza secreta de que algún día remastericen los dibujos de Heidi y sería una lástima perdérselo.

Manual para encontrarse a uno mismo en el IKEA

Sí, de acuerdo,

sé dirigir personas, generar equipo,

creo que no soy malo haciéndolo. [puta humildad que tanto me afiges]

Pero, el tema de la pena no es ése,

la cuestión es:

¿Qué puedo hacer yo solo sin involucrar a nadie?

Tal vez, el aprendizaje revolucionario de mi actual circunstancia vital sea aceptar que, en realidad, no sé hacer nada solo. Casi todo me cuesta un esfuerzo sobrehumano, inconmensurable,  no tengo más determinación que la espera.

Soy como un guerrero estelar en un claustro sin ventanas, como si hubiera sido llamado a venir a la Tierra sin tener muchas ganas, como si supiera ya todo sobre lo Humano, como si ya hubiera estudiado, analizado y vivido esta especie en todas sus mitos, agonías y pompas, como si ya nada aquí me fuese nuevo y hubiese venido aquí con un único y exclusivo objetivo que sigo sin hallar.

Soy como aquel que entra al Ikea y sabe que su objetivo está delante de la caja de salida, pero para llegar hasta allí tiene que atravesar todas las secciones del hogar, la zona infantil, el restaurante, la vajilla, las almohadas, bordear a la señora que dirige su carro como si circulase sobre unas vías férreas puestas en exclusiva para ella que ondean con un intermitente zigzag entre las hileras de copas de cava a 5 euros la docena… Cuando pasas por los cuadros de Nueva York en blanco y negro, sabes que ya estás cerca de la jungla y después ya solo te queda una carrera de obstáculos en liso hasta los barrotes de caja… Inmediatamente antes del extintor de la derecha de la columna 8 del pasillo D hay una chica que te quiere decir algo al oído, pero no te has fijado porque llevas toda la semana pendiente de esas respuestas que nunca llegan, pero que, si te eres sincero, no necesitas en absoluto para ser tu mismo.

Tu eres tu, independientemente de si los demás son o no ellos mismos.

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Caquita de colibrí

Voy haciendo las paces con mi soledad y mi desorientación vital. Ésas son las novedades. Ya no quiero lo que atraigo pero todavía no atraigo lo que quiero, pero ese bucle ya tiene años. En su momento, dejé de escribir este blog por lo recurrente y la sospechosa semejanza de mis bucles. Ahora, comienzo a aceptarlos, a aceptarme.
Estoy arreglando la tierra de mis raíces, estoy partiendo de la base, estoy empezando la casa por los cimientos, por primera vez en mi vida.
Las necesidades básicas parecen cubiertas de manera sostenible… siempre y cuando no incluyamos el amor entre las necesidades básicas. Amor = Cero. Pero bueno, supongamos que todos tenemos cosas que solucionar… y hablemos de lo positivo.
Objetivos para este mes: uno, buscar algún hobby para quemar energías, reverenciar al tiempo y conocer gente nueva y activa, objetivo dos: hacerme, por fin, el tatuaje que tanto tiempo llevo deseando, objetivo tres: ir al dentista, y cuatro, disminuir mi incomensurable dependencia del café y el tabaco.
Vamos a ello! Ya os iré contando…
Por cierto…, la respuesta es <Sí!> Este blog vuelve a estar activo.

Acho, como me comería un arrocico en la playa.

Dejar una ciudad atrás, a las espaldas, es dejar atrás una mentalidad, una forma particular de interpretar y de crear la realidad…

Cuando te dispones a sumergirte en lo nuevo no te das cuenta de hasta qué punto estás atrapado en ciertos esquemas previos y sólo empiezas a patalear cuando te empiezan a hacer sangre del roce.

Dejar atrás una ciudad es cortocicuitar una red de interconexiones neuronales automatizadas y malgastados por los años.

Dejar una ciudad en la que llevabas viviendo 20 años, es como dejar tu trabajo de toda la vida…

Es como si dejas a tu esposo acomodado y te lías con una amiga de tu hija en su fiesta de cumpleaños y te fugas con ella a Córcega a comer queso de búfala…

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Dejar tu ciudad: 45 euros

Dejar a tu madre vivir su vida, salir del vientre materno, romper el cascarón, descubrir que también tienes dos manos, comprender que la vida tiene sus pros y sus contras, empezar a escuchar tu vocecilla interior, aprender a elegir con la conciencia, jurar respetarse y mimarse a uno mismo, gritar tu verdad a los cuatro vientos y que te importe un pijo lo que opinen los otros, que devengas en fluido y flotes entre las energías sin ser alterado, que la vida comience a apremiarte con respuestas a tus sueños, que hayas comprendido y aceptado que todo llega pero todo lleva su tiempo… eso no tiene precio.

Para todo lo demás, Mastercard.

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Volveré! (Es una amenaza!)

Enséñame tu alma.

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Si ya has encontrado tu centro y has hecho las paces con tu energía vital, es el momento de que te perfiles muy bien tu objetivo y que le rindas culto y homenaje día tras día…

Crea tu sueño, lucha tu sueño: defiende tu verdad, mantén tus principios, sé fiel a ti mismo, no te doblegues nunca, «la espalda recta, la cabeza alta»… como un verdadero samurai.

Proyecta tu sueño y permite que el universo despliegue toda su magia a tu alrededor…

Alquílate un estudio, pon tu corazón en una bandeja

y prepara té y galletas para las visitas.

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<Desnúdate!, enséñame el alma.>, le espetó ella.

<Lo que ves es lo que hay, bombón!>,

<(…) no sé si es oro todo lo que reluce,

pero todo lo que reluce es verdad.>, fue su respuesta.

Mantén tu centro.

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Resulta gracioso que la clave para encontrarse a mismo sea dejar de buscarse en fragmentos de la vida de otros. Resulta irónico que la clave para que el mundo empiece a moverse alrededor de nosotros es dejar de movernos. O somos el eje o somos péndulo.

Face the fear


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Y, entonces, el guerrero vió la luz…

Entendió que llevaba años con una venda tupida sobre las pupilas, que llevaba años inmerso en un bucle emocional heredado de sus ancestros, un juego energético disfuncional escondido en algún jirón de su código genético.

Casi inmediatamente después de la revelación fotosensible, nuestro guerrero, harto ya de tropezar una y otra vez con aquel legado deforme, decidió, de una vez por todas, acabar con la maldición y transmutar todos esos dolores, dudas y despropósitos, para poder experimentar la relación sana y profunda que durante tantas reencarnaciones se negaron a sí mismos sus predecesores.

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¿Y qué sucedió entonces?

<Que, sin saberlo conscientemente, me permití ser cada día más yo, mostrar quién era en verdad o, como dijo alguien, «me volví más transparente», es decir, estaba más presente a todos los niveles. Me entraron unas tremendas ganas de vivir, me solté la melena y eché de mi vida a unos cuantos que no merecían que gastara en ellos mi precioso tiempo… Hice otras cosas, como no permitir a nadie que me dijese que algo mío no merecía la pena. Saqué a pasear a ese guerrero que llevaba dentro de mí como nunca antes lo había hecho, y ahora estaba mucho más tranquilo y relajado. Pero lo más maravilloso de todo es que no dejé a un lado la ternura y la dulzura, como había hecho años atrás. Por consiguiente, el jaguar corrió alegre y libre por la selva.> Rosetta Forner, RBA, 2007.

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He conseguido revivirte sin sentir dolor. He conseguido aprender a vivir sin necesitar tu dolor. Siempre te querré. Tu ausencia ha sido el simiente de mi presencia.

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Me has hecho el mejor regalo que me ha hecho nadie nunca: Me has regalado a mí mismo.

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Gracias.

Has sido mi última musa.

El escalador

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No pretendía que me necesitases, pero ciertamente aspiraba a que me quisieses.

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Por una vez me abstuve de idealizarte y de soñar nuestro futuro, pero ciertamente aspiraba a causar una impresión más profunda en tu alma.

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Ciertamente aspiraba a hacerte perder la estabilidad y que te quedases prendada por mi (pr)esencia y que tu corazón añorase mi magia.

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Quería yo gustarte a ti, quería que me adulases, que me mecieras en tus brazos y que me brindases el abrigo de tus pezones en las noches de luna brillante.

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Quería yo gustarte a ti, que inocente estupidez, que infantil borrachera de amor materno, que infeliz aventura hacia el sexo escaso y frío.

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Quería yo gustarte a ti, que abrumadora falta de madurez estratégica, que catastrófica interpretación de los roles emocionales, que aterradora ausencia de masculinidad.

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No caí en la cuenta de analizar por qué, en verdad, me sentía atraído por tus indescifrables encantos…

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No caí en la cuenta de investigar las emociones que me hacías revivir…

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No caí en la cuenta de estudiar el origen de los sarpullidos que me generaba tu ausencia…

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No tuve la valentía de asimilar que no eras más el último espejismo de un rol en transición…

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No tuve la suerte de advertir que no era más que el último aliento de un karma familiar en mutación…

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No tuve la honestidad de admitir que otra vez estaba escalando la montaña equivocada.

 

(:

Te deberías llamar Libertad

Te deberías llamar Libertad,

pero te llamas Esperanza.

El secreto de la vida en 167 palabras

<Bendice y goza lo que tienes! Automáticamente se te concederá lo que necesitas.
Las escenas se diluyen una vez que conseguimos fluir con ellas. Todo en la vida es aprendizaje, si en una escena ya no quedan obstáculos la vida nos resitúa al instante en el siguiente escenario de juego.
No te resistas, no patalees… sé honesto, sonríe, agradece, perdona, alaba, ama… y saborea el cambio.
La felicidad no es otra cosa que los momentos de incertidumbre y los momentos de perplejidad previos y posteriores a los cambios.
Moraleja: Mientras más predispuesto estés a aprender y a cambiar más momentos de felicidad te concedes a tí mismo. Y amarse eso señores, permitirse cambiar, permitirse más y más momentos de felicidad.
Deshazte de los bloqueos de tu escena, aprende a nadar entre ellos, aprende a aceptar que nada importa realmente y que no hay otra manera de gozar de la vida que sonreír mientras uno va descifrando las pequeñas claves de cada nuevo escenario, los misterios de cada nuevo personaje.>

Ríe, sueña y ama!
Te harán reír, te harán soñar y serás amado!

Hijo del Quinto Sol, estás aquí para ser feliz!

Es una obligación no una opción, o eres feliz o la vida se encarga de recordarte día a día que debes serlo.

Os quiero a todos, estéis donde estéis, seáis como seáis, hagáis lo que hagáis…

Dejad que el universo decida lo que necesitáis, vosotros dedicaros a soñar y a observar la vida cual ave al viento… las cosas que os molestan no están allí porque alguien desea haceros daño simplemente estaban allí y así antes de que vosotros llegaráis, si las dejáis ir sin hacerlas vuestras, si conseguís pasar entre las zarzas sin arañaros habréis entendido lo que os trataba de enseñar el viento.

Nuestro aniversario.

 

Nunca querría ser un neumático de aviación. Hay que soportar una presión terrible en el momento de tocar tierra y amortiguar la caída con una sabia e instintiva flexión de cadera para que el golpeo no termine generando un latigazo en la columna que podría llegar a desnucar al Concorde malamente.

Soy redoble de las mentes en ebullición que rodean y frecuentan… Ando vomitando impulsos sin diapasón ni coherencia…

Estoy en el río, dentro, pero no estoy nadando, mantengo la respiración, sumergido, con la ayuda de una pajita de bambú que me sirve de silencioso aliado ante la triste certeza de vislumbrar que alcanzar la frecuencia deseada requiere constancia y tiempo, y que exige la honradez y la valentía necesaria para enfrentarse a los demonios de uno, uno a uno, uno tras otro, hasta extinguirlos por completo y conseguir fluir ante esa situación/emoción generando resultados gratificantes, es decir habiéndolos convertido al Amor.

Hay que nadar, si no, la sensación es como la de un tronco que baja por el río y tiene tramos en los que flota en calma y otros en los que golpea las rocas de las orillas sin cesar, avanzando sin control… Debemos el capitán del barco sujetando el timón, sintiendo el viento en las fauces y oliendo el peligro…

Hay que ser consciente de la ola, saber leerla, saber saborerla, saber exprimirla, saber que es un momento de la ola, que pasará y que nunca se volverá a repetir.

Hay que saber surfear la ola: cabalgar emociones, atravesar túneles de opiniones y criterios y volar cometas de sueños.

Hoy es un día especial, hace un mes que estoy en Madrid. Es nuestro aniversario.

<Hoy cumplimos un mes.>

<Mañana libro a tu salud!>

Tenencias y querencias

Bien.

Ya tengo curro, casa e internet.

Tengo mi libertad, tengo mi paz, tengo mi sueño.

Tengo la valentía, tengo el ímpetu, tengo el don.

Tengo alcohol, hierba, café y tabaco.

Tengo ropa de abrigo, tengo ropa de cama…

Ya tengo todas las cosas que utilizaba como barricadas para no tenerte a ti.

Ahora ya lo tengo todo…

Ahora ya no hay obstáculos…

Ahora ya sólo me faltas tú…

Pero, dado que ya he aniquilado mis excusas, ahora me faltas más que nunca…

Ahora, por primera vez en mi vida, estoy dispuesto a permitirme a mi mismo cometer la estupidez de enamorarme… De abrirte mi corazón y dejar que hagas con él lo que quieras, que lo incineres o que lo pongas en un altar…

Ahora, por primera vez en mi vida, entiendo qué significa dejar un espacio para que otro entre en tu vida, ahora comprendo que tener una relación no necesita de sacrificios, de adaptaciones y ni mucho menos de anulaciones o adulaciones… tener una relación sólo requiere ceder un espacio al otro para que libremente sea ella misma en nuestra presencia…

Si ambos somos felices bailando en presencia del otro y lloramos de alegría al ver al otro desnudando su alma en nuestra presencia… esa es la clave y la llave de una bella convivencia.

Brindo por ti, hermosa dama, pues si hablo de ti es por que estás apunto de estrellarte junto a mi.

P.S.: No me hagas esperar mucho XDD

Digiriendo la nada

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Nunca osé pensar que fueses fácil…

Nunca llegué a imaginar que fueses tan difícil.

Aterrizaje

Me he sentado por fin. Tras semanas investigando el poder de tracción de mi aparato locomotor, me he sentado. Bueno, a lo mejor sería más correcto decir que he aterrizado finalmente. Estoy aquí y ahora, por fin. Estoy y soy, en este lugar, en este instante.

Irte de un lugar y llegar a otro no es un trayecto, no es una distancia, es un proceso. La distancia entre Murcia y Madrid no son 401 km, para mí son exactamente 19 días y sus respectivas noches.

20 días que cabría cifrar como tiempo internacional, en vivo paralelismo con los espacios internacionales de los aeropuertos, en los que estás, pero realmente no estás en ningún sito, estás en un concepto, vives en una idea, habitas en ese espacio impotente que existe entre un adiós y un hola, entre una despedida que no acabas de asumir y una bienvenida que aún te ves incapaz de celebrar.

No sé en qué momento giras la cabeza del todo, pero sé que provoca cierto mareo al principio… Hay un instante en el que tus holas son más promíscuos que tus adioses… Hay un instante en que tus vértebras aceptan la magia de mirar hacia delante, sólo hacia delante, sólo hacia el frente, sólo hacia el horizonte…

En ese preciso instante sabes que ya no hay nada que te detenga, sabes que ya no hay nada que temer, sabes que lo que acontezca será sólo tuyo… fruto de tus ansias y de tus sueños…

Es en ese precioso instante cuando te das cuenta de que ya has dejado de mirar hacia atrás y que ya no volverás a hacerlo nunca…

Es en ese mágico instante cuando, sin comerlo ni beberlo, te das cuenta de que te acabas de conquistar a ti mismo…

quince días de prueba

Cae aguanieve, +4ºC, leves ráfagas de aire…

>>Aprendizaje clave: No seas demasiado flipao, los flipaos cansan, los flipaos terminan rompiendo las pelotas…

>>Aprendizaje transversal: Las cosas tienen su curso, su monotonía y su estacionalidad, su momento álgido y su caída de bruces… Tiempo al tiempo.

>>Aprendizaje vital: En realidad la única diferencia entre todos nosotros es nuestra frecuencia, nuestro bucle y nuestro devaneo emocional, nuestro ritmo de movimientos, nuestra rutina o nuestro rutinaria negación de la rutina secundada por una oscenamente evidente consecución de actos y manifestaciones rutinarias pero antirutina…

Total, que somos y atraemos las cosas y las situaciones en función de (y gracias a) la frecuencia que emitimos al universo…

¿Frecuencia? Sí, frecuencia… nuestra manera de ser y estar tiene su gráfico bursátil propio, tiene sus semanas buenas y malas, sus rachas de suerte, sus jet lags, sus jornadas interminables, sus proyectos en babia, sus risas contenidas, sus tensiones sexuales, sus momentos de pim-pam-pum y sus momentos de aperreo en el sofá engullendo latas zumo de malta mientras Iniesta combina con Messi o investigando todas las entradas de google que traten sobre los últimos avances en la investigación sobre la Reproducción Asistida Autofecundante en las tortugas galápagos o zambulléndote en la tortuosa y electrizante secuencia vital de Marujita Díaz…

Todas estas cosas, consciente o inconscientemente, engendran (o son fruto de) un perfil de actividad, un vaivén de inputs, un código de altibajos y salidas de tono, un cromograma de índices de suavidad y bravura… un mapa de bucles de frecuencia superpuestos e interconectados, que dictan nuestro previsible baile de energías día tras día…

Bien este baile energético es absolutamente único, personal e innato, es lo que somos en esencia, y esa esencia es la que, en realidad, atrae todo lo que tenemos a nuestras manos…


>>Aprendizaje armónico: A veces hay que rendirse ante la voz de la masa…


>>Conclusión; Para ser feliz, estés donde estés y hagas lo que hagas, la clave es saber mantener nuestra frecuencia personal inalterable, percibir y guardar nuestro ritmo personal dentro de la pulsión colectiva, mantenerse abierto pero firme ante las presiones emcionales externas… y, sobre todo, darle tiempo a la vida para que ponga cada cosa en su debido lugar… proyectando calma, fé y alegría desde nuestro regocijo interno, desde nuestra esencia, pura y vibrante… viva…

El nogal

La mente nos ciega.

Nos ciega porque va en disonancia con el ritmo del universo. Imagina que tienes un motor V12 a 10.000 rpm, gruñendo como el Ferrari de Alonso cuando no conseguía pasar un Renault, mientras a apenas 500 metros del circuito un pequeño nogal reunía toda su energía vital para desdoblar su segunda hojita ante el dios Sol para depurar el CO2 producido por la ansiedad del piloto asturiano.

Hace un año planté una nuez en una maceta, lo he regado con mimo, día tras día, le he dicho cosas bonitas, lo he acariciado, he seguido su deambular sostenido y silencioso por estas tierras arcillosas y faltas de alimentos orgánicos, los fines de semana le agraciaba con premios: le arreglaba el cerco, le enderezaba la guía de caña, le rodeaba con estiércol de caballo y le hacía su camita de paja para que almacenase todo el agua del rocío y optimizara el índice de evaporación del terruño que le rodeaba.

Hoy he salido a contemplarlo y estaba como un soldadito valiente aguantando el golpeo incesante de las gotas de lluvia, que para él serían como si a nosotros nos vaciasen piscinas olímpicas encima… pero estaba sonriente, pletórico, como chapoteando, como dando saltitos en el lodo, como si fuese consciente de que aquella agua caída del cielo eran las primeras mensualidades de su plan de jubilación, que como todos sabemos, los árboles tienen que empezar a procurarse en cuanto nacen, pues en las tierras de secano dependen de la bondad humana hasta que no cumplen la mayoría de edad, a los 10 o 15 años.

Total, que observaba al pequeño ser, con su columna escálida y sus dos hojitas mecidas por la brisa, y pensé en la fugacidad de nuestra vida, en que es muy probable que yo me muera antes de que ese enano sonriente se convierta en un árbol de verdad, con su corona, con sus frutos y su sombra… pensé en lo acostumbrados que estamos a salir al súper y comprar una bolsa de nueces, como si las nueces saliesen de una línea de producción y no de un arbolito que tarda 10 años en crecer un metro… pensé en cuán diferente es el ritmo de los humanos del ritmo al que fluyen todo el resto de cosas, animales y plantas que cohabitan este planeta… pensé en el empeño que hemos puesto en los últimos siglos en hacer y demostrar que somos los reyes de la creación y que el mundo rueda y tiene que rodar a nuestro ritmo… pensé en lo equivocados que estábamos y que estamos… pensé y me vino a la cabeza aquello que aprendí en mis cursos de permacultura… que el planeta es un ser vivo autosuficiente que no necesita del ser humano para sobrevivir… que todo seguiría su curso natural si nosotros no estuviéramos también… luego me resbaló una neurona y caí en la terrible posibilidad de que esto -que ha sido una verdad esencial durante siglos- tal vez ya no sea cierta… que ya hemos llegado a un punto de expoltación, alteración y devastación de los recursos y procesos naturales que la madre tierra ya no sea capaz de equilibrarlo todo otra vez sin ayuda externa, sin nuestra ayuda…

Y de repente, me cayó una gota de lluvia sobre la mejilla… salí de mi bucle mental que ya había alcanzado las ruidosas 10.000 rpm y volví a mirar al pequeño nogal… y sentí que todo estaba bien como estaba, que todo era perfecto, que todo era como tenía que ser.