Archivos Mensuales: octubre 2010

Hola Baby!

y yo que decía que nunca me casaría, y yo que creía que eso de estar en pareja era un corte de rollo, y yo que vacilaba que nunca me amoldaría a nadie…

y desde que te ví…

todos mis dogmas son palabras al viento, todas mis promesas son carne de cañón…

Las alas son para volar

Si somos sinceros con nosotros mismos, no nos causará excesivo dolor reconocer que, en realidad…

Estamos solos.

Andamos solos.

Reímos solos.

Comemos solos.

Cagamos solos.

Hablamos solos.

Dormimos solos.

Soñamos solos.

Volamos solos.

Y, en algunas ocasiones excepcionales, nuestro vuelo roza la trayectoria de otra rapaz y decidimos compartir el camino, para hacerlo más llevadero, para aunar y ahorrar esfuerzos, para repartir y simplificar tareas, para cubrirnos las espaldas, para degustarnos y saborearnos, para mirarnos al espejo, para vacilar de nuestras batallitas, para aprender de las batallitas del otro, para reconfirmarnos en nuestros objetivos, para desparasitarnos, para sanarnos, para descansar, para recargar energías, para tomar carrerilla o, en casos aún más contados, para procrear y perpetuar la especie…

pero siempre teniendo presente y claro que volamos solos…

que antes o después, deberemos reorientar nuestro rumbo, siguiendo los dictámenes de nuestra vocecilla interior, ésa que tan sabios consejos nos susurra al oído,  ésa a la que tan amenudo tan poco caso hacemos…

antes o después, deberemos volver a volar solos, antes o después deberemos darnos cuenta que en realidad, incluso en esos momentos de confluencia, incluso en esos momentos de compartir, estamos volando solos…

pues aunque es más cómodo creer que somos ovejas gregarias, la verdad es que todos, absolutamente todos, hemos nacido con alas, y las alas no son para ahuyentar a las moscas…

las alas son para volar.

Los nuevos emigrantes sí tienen papeles

No se van en trenes con maletas de cartón pero llevan sus bienes más preciados: un portátil, un móvil de última generación regalado por un familiar o conseguido a base de una lucha de puntos sin cuartel. Suelen tomar un vuelo de bajo coste, cazado pacientemente en las redes de Internet. Se van a hacer un máster, o han logrado una mal llamada beca Erasmus que costará a la familia la mitad de sus ahorros. Otras veces van a hacer de au-pair, de auxiliar de conversación, o a cualquier trabajo temporal. La familia va a despedirlos a la puerta de embarque y mientras se alejan disimularán unos su pena y otros su incipiente desamparo. «Es por poco tiempo -se dicen-. Dominarán el idioma, conocerán mundo… Regresarán en pocos meses».

Hasta hace poco era un privilegio de los nuevos tiempos que les permitía gozar de una libertad sin límites, de un mundo sin fronteras, de una capacidad casi infinita de aprendizaje… Hasta que llegó la crisis y la maleta pareció distinta, la espera en la fila de embarque más embarazosa, la despedida más triste y el fantasma de la ausencia definitiva más cercano.

No. No llevan maletas de cartón, ni hay aglomeraciones en el andén de la despedida. No se marchan en grupo, sino uno a uno. Aparentemente nada les obliga. Ha sido una cadena invisible de acontecimientos. Estuvieron allí hace unos años, o tienen una amiga que les ha informado de que puede encontrar algún trabajo con facilidad. No pagarán mucho, eso es seguro, pero podrán ganarse la vida con cierta facilidad… A fin de cuentas aquí no hay nada.

Y se marchan poco a poco, sin alboroto alguno. Un goteo incesante de savia nueva que sale sin ruido de nuestro país, desmintiendo la vieja quimera de que la historia es un caudal continuo de mejoras.

No hay estadísticas oficiales sobre ellos. Nadie sabe cuántos son ni adonde se dirigen. No se agrupan bajo el nombre oficial de emigrantes. Son, más bien, una microhistoria que se cuenta entre amigos y familiares. «Mi hija está en Berlín», «se ha marchado a Montpellier», «se fue a Dubai» son frases que escuchamos sin reparar en el significado exacto que comportan. Escapan a las estadísticas de la emigración porque suelen tener un nivel alto de estudios y no se corresponden con el perfil típico de lo que pensamos que es un emigrante. Quizá en las cuentas oficiales figuren como residentes en el extranjero, pero deberían aparecer como nuevos exiliados producto de la ceguera de nuestro país.

En los tiempos de crisis que detallan cada euro gastado nadie computa los centenares de miles de euros empleados en su formación y regalados a empresarios de más allá de nuestras fronteras con una torpeza sin límites, con una ignorancia sin parangón. Menos aún se cuantifican el esfuerzo de sus familias, las ilusiones perdidas y sus sueños rotos en mil pedazos.

No llevan maletas de cartón, pero componen un nuevo éxodo que azota especialmente a Andalucía, que dispersa a nuestros jóvenes por toda Europa y gran parte del mundo, que nos priva de su saber, de su aportación y de su compañía. Pero, aparentemente nadie se escandaliza por esta fuga de cerebros, lenta pero inexorable, que nos privará de muchos de nuestros mejores talentos. Nadie protesta por esta nueva oleada de exiliados que son una acusación silenciosa del fracaso y de engaño. Se van en silencio por el túnel de embarque en el que les alcanzará la melancolía por la pérdida temprana de su tierra.

No son, como dicen, una generación perdida para ellos mismos. No son los socorridos ni-nis que sirven para culpar a la juventud de su falta de empleo. Son una generación perdida para nuestro país y para nuestro futuro. Un tremendo error que pagaremos muy caro en forma de atraso, de empobrecimiento intelectual y técnico. Aunque todavía no lo sepamos.

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Fuente: Las ilusiones perdidas, Concha Caballero, El País

El rebelde

Continuando con mi proceso incesante e incansable de autoexploración, hoy me he echado las cartas de Osho… (a veces me gusta lanzar mis preguntas a la luz y que el azar me ubique a modo de GPS estelar de dónde y cómo estoy) y me ha salido el arcano IV, El Rebelde.

105% de verdad, 100% de fe, 95% del camino recorrido… Gracias Maestro, aunque como tú mismo proclamas, el verdadero fluir es renegar de todo maestro XD

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El Rebelde, por Osho;

1 – Sólo unos pocos rebeldes iluminados alrededor del mundo… y temblarán todos los tronos de poder.
2 – Si eres capaz de dormir, eres capaz de despertar.
3 – Hay que convertirse en un ser absolutamente desligado del pasado.
4 – El rebelde espiritual no tendrá ningún pasado ni ninguna historia. Solamente tendrá el presente y un vasto futuro abierto, no dominado por el pasado muerto.
5 – Lo único que será preciso es un poco de «meditatividad» , un poco de silencio, un poco de amor…
6 – Nunca ha habido ninguna seguridad.
7 – La vida puede desaparecer en un momento.
8 – El rebelde comprende que no hay seguridad -por lo tanto no la pidas. Vive en la inseguridad, porque ese es un hecho real de la vida. No puedes evitarlo, no puedes prevenirlo, así que no hay necesidad de preocuparse al respecto. No pierdas tiempo innecesariamente.
9 – Más vale que te apures o te quedarás sin planeta.
10 – ¿Cuál es la diferencia entre el rebelde y el revolucionario? El revolucionario pregona que cambiando la estructura social es suficiente para cambiar al hombre. El rebelde es un fenómeno espiritual. Su actitud es absolutamente individual. Su visión es que si queremos cambiar la sociedad, tenemos que cambiar al individuo.
11 – El rebelde trae al mundo un cambio de consciencia.
12 – La familia es una de las más grandes trampas que la sociedad ha usado por milenios para mantener al hombre esclavo.
13 – El rebelde es aún una dimensión no experimentada.
14 – El tiempo no sólo está maduro… si no te apuras, el tiempo ha llegado a su fin.
15 – La violencia es la violación de la vida y de la consciencia.
16 – Sólo se pueden lograr fines justos a través de medios correctos.
17 – A través de la violencia no se puede lograr una humanidad pacífica.
18 – El pasado, como un todo, tiene que ser negado.
19 – El rebelde no puede ser a medias.
20 – La justicia social es la venganza social.
21 – La vieja humanidad no está interesada en eliminar el crimen completamente. Sólo está interesada en castigar al desobediente –al inadaptado- a los que desean seguir su propio camino.
22 – Es fundamental recordar que la paz no es una meta. Paz es nuestra naturaleza intrínseca.
23 – Sea lo que fuere que te esté impidiendo tu crecimiento natural, eso ha de ser desechado: cólera, celos, envidia, avaricia, deseo. No es una renuncia, es simplemente comprensión. ¡Deséchalas!
24 – El único templo es la existencia.
25 – En el momento que renuncias a tus responsabilidades, renuncias también a la libertad.
26 – La responsabilidad no es el deber social: hacia tus mayores, tu esposa, etc. Es un deber mecánico.
27 – Sigue tu conciencia.
28 – No, el rebelde no puede renunciar al mundo y a la sociedad, pero ciertamente puede renunciar a muchas otras cosas. Puede renunciar a la mal llamada moralidad impuesta sobre él por la sociedad, puede renunciar al conocimiento dado por la sociedad. No renuncia a la sociedad como tal, pero renuncia a todo lo que le ha dado la sociedad. Esta es la verdadera renuncia.
29 – Puede aceptar la crucifixión, pero no aceptará ninguna esclavitud espiritual.
30 – La ignorancia no puede ser apoyada bajo ningún punto de vista.
31 – El rebelde amará al mundo porque el mundo -la existencia- es nuestra fuente de vida.
32 – El nuevo rebelde declara la dignidad del hombre y la muerte de Dios y la muerte de todos los salvadores, profetas y mensajeros.
33 – El nuevo rebelde es una declaración de ser nadie, sólo un ser humano -simple, sincero, alerta y consciente» conociéndose a si mismo, y sabiendo que los demás son tan divinos como él.
34 – El nuevo rebelde es un ser iluminado – está realizado y profundamente contento.
Se encuentra distante y solo. Vive en la claridad.
La verdad es su religión, la libertad su ruta. Y ser él mismo, totalmente él mismo, es su objetivo.
35 – Los antiguos sabios condenaron la naturaleza humana, los instintos humanos. Todos éramos pecadores. Dios estaba en las alturas.
36 – El rebelde reta al mundo: tienes que crear tu propio Dios dentro de tu propio ser, tienes que ser un Dios. Y este Dios no va a estar contra la humanidad; al contrario, va a ser su absoluta realización, su germinación, su florecimiento, su madurez.
37 – El nuevo rebelde no va a aceptar ninguna culpa, porque todo lo que es natural está bien. Debe ser purificado, vivido – no reprimido, ni ocultado en el inconsciente, sino traído a la luz de la consciencia.
38 – En el pasado Dios era el creador. En el futuro Dios será la creación de la consciencia humana. Será el pico más elevado de la celebración humana, de la luz y el resplandor humano.
39 – Rebelión ahora o nunca.
40 – La única luz aceptada para tí, es la tuya.
41 – Tu único interés es el futuro crecimiento de tu ser.
42 – Ser un rebelde es vivir de acuerdo a su propia luz, aunque sea pequeña y encontrar su ruta en el futuro desconocido.
43 – El pasado es un peso y si te apegas no podrás moverte ni un centímetro.
44 – El rebelde no pertenece a ninguna ideología, a ninguna filosofía ni teología.
45 – La única idea significativa es la que surge de ti, crece en ti, florece en ti.
46 – El rebelde no tiene camino a seguir. El mismo espíritu de la rebelión es que no necesita guía. Es una luz en sí mismo.
47 – Los que no pueden rebelarse piden consejo, quieren ser seguidores. Su psicología es que al seguir a otros se relevan de toda responsabilidad. El guía, el maestro, el líder, el mesías, se hace responsable de todo. Lo único que se le pide del seguidor es que tenga fe. El rebelde está tremendamente enamorado de la libertad – libertad total, nada menos que eso.
48 – El rebelde no tiene salvador, ni mensajero de Dios, ni mesías, ni guía. Se mueve según su propia naturaleza. No sigue a nadie, ni imita a nadie. Ciertamente ha elegido el más peligroso modo de vida, lleno de responsabilidad, pero de tremenda dicha y libertad. Cae a menudo, comete errores, pero no se arrepiente de nada, pues aprende un profundo secreto de la vida: cometiendo errores te vuelve sabio. No hay otra manera de volverse sabio.
49 – Ser dichoso es correcto. Ser miserable es erróneo.
50 – El peregrinaje del rebelde está lleno de sorpresas. No tiene ni mapas ni guía, así que en cada momento llega a un nuevo espacio, a una nueva experiencia – a su propia experiencia, a su propia verdad, a su propia dicha, a su propio amor.
51 – El rebelde no tiene camino como tal. Camina y hace su camino al andar.
52 – La vida es un puente, no hagas tu casa en él – es un lugar de paso.
53 – En una vida tan transitoria uno es absolutamente libre de vivir sin compromiso alguno y cuando la muerte es una certeza, no hay en realidad necesidad de compromisos.
54 – El rebelde es casi como un pájaro volando en el cielo. ¿Qué camino sigue? No hay autopistas en el cielo, no hay huellas de pájaros antiguos, ni grandes pájaros, ni Buddhas, ni Cristos. Ningún pájaro deja huellas en el cielo, por eso el cielo está siempre abierto.
55 – Encuentra la dirección que te produce regocijo, Dirígete hacia la estrella que hace repicar campanas en tu corazón.
Eres tú el factor decisivo. ¡Nadie más!
56 – Tu camino no será el de ningún otro.
57 – Es más, ¿qué necesidad hay de un camino? Ya estás aquí – existes, estás consciente. «Soy todo lo que necesito y mi hogar es la existencia».
58 – Libertad total: menos que eso. No.

La verdad duele

¿Vas a tener relaciones sexuales? El Gobierno te facilita los preservativos.

¿Ya las tuviste? El Gobierno te ofrece la píldora del día después.

¿Te has quedado embarazada? El Gobierno garantiza el aborto.

¿…pero tuviste el niño? El Gobierno te regala el cheque bebé.

¿Estás desempleado? El Gobierno te paga el paro.

¿Eres vago y no te gusta trabajar? El Gobierno te concede una «paguiña», becas para tus hijos y una vivienda social en la que no pagarás los sevicios básicos (agua, luz, basura…).

¿Eres drogadicto? El Gobierno te proporciona Metadona.

¿Eres un chorizo? El Gobierno vela por tu integración social, con inversiones en proyectos sociales.

Después de mucho dinero gastado en ti, ¿tú sigues jodiendo a la sociedad y vas a la cárcel? El Gobierno te mantiene mientras estás dentro y te da el paro para que cuando salgas no tengas que buscar trabajo y puedas seguir robando.

AHORA…. PRUEBA A ESTUDIAR, TRABAJAR, PRODUCIR… A VER QUÉ OCURRE!!!

EL GOBIERNO TE SUBE LOS IMPUESTOS PARA PAGAR TODO LO ANTERIOR!!!

MORALEJA: FOLLA, ABORTA, SÉ UN VAGO DE MIERDA, PERO NUNCA, NUNCA, JAMÁS, SE TE OCURRA PONERTE A CURRAR. ESO, NO LO FINANCIA EL GOBIERNO Y TENDRÁS QUE MANTENER A TODOS LOS GANDULES QUE HAY EN ESPAÑA.

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Fuente: Anónimo.

Querencias (Cap. 2)


Escena:

<¡Dios estás aquí!> [Mis plegarias se han hecho realidad…]

<Buahhh, no me lo creo…> [¿Y ahora que hago? ¿Qué le digo?]

<Ehemm… ¡Gracias por existir! Ehemm…> [Dios, me estoy quedando en blanco…]

<¡¡No me mires así que me ruborizo!!>

<Discúlpame, pero me tengo que ir… Sí, ya, ya mismo… Es que he quedado con un amigo y no quiero hacerle esperar… Ya sabes, sería de mala educación XD> <Bueno, eso, hasta otra… encantado de «conocerte»>

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Trama:

Joder, si es que ya lo sabía…

No se trata de ansiar «a» o «b» y que la vida no nos escuche o que le entre por un oído y le salga por el otro (o por el orto XD)…

La cuestión es que somos incapaces de imaginarnos a nosotros mismos en la situación que deseamos.

Simplemente nos dedicamos, nos lanzamos, nos afanamos a desear sin ton ni son, sin esperanza ni coraje… y nos quejamos de nuestro infortunio, de la poca o nula fertilidad de nuestras palabras.

Pero, lo que pasa en realidad, es que no somos capaces de imaginarnos con nuestros deseos cumplidos. Incluso iría más allá… nos da pánico que nuestros deseos se cumplan, pues nos encontraríamos ante lo desconocido sin saber balbucear palabra.

Lo tengo clarísimo, ahora sé lo que quiero, pero me falta ese pequeño pasito hacia adelante, me falta ese pequeño pasito hacia la incertidumbre, me falta creérmelo…

Me falta aceptar el regalo y dejar de preocuparme por si voy a ser capaz de desenvolverlo. Me falta saberme merecedor de mis deseos. Me falta ser capaz de imaginarme gozando de ellos.

Me falta cercionarme de que soy la persona elegida por esos dones y deseos, al igual que ellos han sido elegidos por mi. Como decía mi abuelo después de cada comilona tocándose el vientre: <Nunca vas a tener un dueño como yo>.

Eso es. Autoafirmación elevadora. Venid a mi: dicha, gloria, pasión… nunca vais a tener un amo como yo. Nunca nadie os va a reconfortar en vuestra identidad como yo. Yo soy la llave para vuestra realización material, sin mi sólo seríais conceptos deambulando por el éter.

Os deseo, os imagino, os siento… adentráros en mis células, hacedme bailar sobre las nubes, emborrachadme con vuestros licores de polvo de estrellas.

Estoy preparado para dar el gran salto.

Estoy preparado para fundirme en vuestros brazos.

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Post-trauma:

<¡Sube que nos vamos!>

<¡El mundo se nos va a quedar pequeño preciosa!>

<XDDDD>

Heme aquí

Tengo la impresión de haber llegado a la conclusión más trascendental de mi vida…

Hace unos meses hice un curso de Cómo crear tu empresa. Mi duda esencial, irónicamente, era que sabía que quería montar una empresa pero no sabía de qué… mi duda no era el cómo o los obstáculos del camino, mi duda era el qué…

El profesor, banquero retirado, sabio economista y prestamista, me planteó una cuestión que él creía que me ayudaría a situarme, a acotar mis objetivos: ¿Qué empresa montarías si tuvieras dinero en exceso, si tuvieras todo el dinero del mundo?

La verdad, la pregunta me descolocó y me llevó a una comedura de cabeza importante: No sabía responder. Supongo que, en primer lugar, era incapaz de imaginar la situación descrita (yo, que nunca he tenido más que lo que me impedía morir de hambre y de sed, yo… con todo el dinero del mundo XD) y, en segundo lugar, porque, por mucho que le daba al coco, era incapaz de delimitar mis dones mundanos.

Bien, eso fue hace un par de meses, ha llovido mucho desde entonces (nunca mejor dicho XD).

Tras largos períodos de meditación, consultas astrológicas y charlas estelares, he conseguido descifrar la segunda mitad de mis dudas, las relativas al dichoso «qué». Ahora, gracias a Dios, ya sé a dónde me quiero encaminar: quiero ser escritor, escritor y asesor de marca, descubrir, potenciar y plasmar sobre papel la grandeza y la belleza, de personas y cosas, seres vivos, moribundos e inertes; quiero cocinar, quiero dirigir una cocina, engendrar platos grandiosos y bellos, alimentar el espíritu, seducir el alma con sabores, colores y esencias culinarias, servir en excelencia, crear un espacio donde la mente se calme y renazcan los instintos y las emociones más primarias, donde hasta el hombre más viril se permita derramar una lágrima al degustar un soufflé, un sitio íntimo y hogareño, exclusivo pero bohemio, abierto al mundo pero cerrado al ruido mundanal, una burbuja de armonía y sofisticación…

Todo esto es maravilloso, no sólo porque suena de vicio, sino porque llevo exactamente 29 años y 10 meses buscando esta claridad mental, esta determinación existencial, este ímpetu de objetivos… pero…

Pero, hasta ahora, hasta hoy, seguía sin saber dar una respuesta a la pregunta del banquero: ¿Qué negocio montarías si tuvieras todo el dinero del mundo?

Aparentemente, me diréis, la respuesta la acabo de describir unas líneas más arriba: un consultora y un restaurante de lujo.

Por desgracia (o por suerte), la respuesta ni es tan obvia ni es tan sencilla.

Resulta que, tras mis jornadas maratonianas de autoexploración, he aprendido que las estrellas no simplemente nos atesoran con unos dones y unos objetivos vitales, existe además un tercer factor que configura el destino de cada uno: el orden o jerarquía de los factores y de los actores.

Me explico, aunque yo tuviera un millón de euros, hoy, ahora, no sería yo el que tendría que montar el restaurante, mi papel como actor es el de llevarlo a buen puerto, dirigirlo, gestionarlo, moverlo, enchufarle mi energía, darle vida, amamantarlo, criarlo, llenarlo de mimos y bendiciones… pero no soy yo el que tiene que dar el primer paso. Yo soy el segundo paso.

Es una cuestión de roles. Mi rol es el de un ministro, un samurai, un ejecutor…

He tardado mucho tiempo en asumir que no se trata de ser menos o más, no se trata de tener más agallas o menos, no se trata de ser más ambicioso o menos, se trata de roles… para que las cosas funcionen como tienen que funcionar cada ser humano debe ocupar su rol en el equipo, en el clan, en el negocio. Ningún eslabón es menos importante que el otro, es simplemente una pieza más de un puzzle gigantesco, una pieza imprescindible e insustituible para que el mecanismo funcione como un todo, como un órgano, como un macroente celular capaz de emular la perfección de la naturaleza.

Nuestro ego nos impide ver esta realidad. Nuestro ego nos conduce a querer desempeñar todos los papeles nosotros, queremos entender de todo, queremos ser insustituibles en todo… no es posible amigos, en antinatural, es inhumano. No habría ningún problema en el mundo, no habría pobreza, no habría paro, no habría infelicidad, si cada uno nos conformásemos con nuestra parcela, si cada uno nos dedicásemos a perfeccionar, a pulir, a lucir con orgullo nuestro pequeño granito de arena.

Esta es mi conclusión de hoy y, en consecuencia, a partir de hoy anuncio un cambio sustancial y radical en mis objetivos de búsqueda. Ya no busco más el dinero, ya no busco más la gloria, ya no busco más el poder, ya no busco más la grandeza, ya no busco más la felicidad, ya no busco más el amor…

Ahora sé, ahora soy consciente que todas esas cosas son circunstanciales, todas esas cosas son simples consecuencias que caerán por su propio peso, que llegarán como premio por ejercer mi labor con rectitud, coraje, benevolencia, respeto, honestidad, honor, lealtad y alegría.

A partir de hoy, a partir de ahora, mi búsqueda, mis deseos, mis rezos se orientan y se concentran en una sola cosa: que la persona que me necesita exactamente a mi para poder realizar su sueño me encuentre.

Este es mi deseo:

¡Que la persona que me necesita para poder realizar su sueño me encuentre!

Estoy deseando servirte hermano/a, compañero/a, amigo/a.

LOVE

Mi amigo Ralph

De repente reapareces. ¿Vuelves para quedarte o sólo querías comprobar si las heridas siguen abiertas?

De repente reapareces y me abordas de nuevo. ¿Quieres un diente roto o quieres volver a despertarte en mi cama?

De repente me doy cuenta que ya no estoy dispuesto a ofrecerte lo que te ofrecía… bueno a no ser que tú cambies tu oferta, a no ser que tú también hayas cambiado.

De repente tu colonia me invade de nuevo. ¿Por qué usas esa colonia? ¿Por qué justo esa? De repente dudo si mi atracción por tí se basaba en tu colonia. Me encanta esa colonia. A todas mis novias, amantes, concubinas las he dejado yo, excepto a las que llevaban esa maldita colonia, todas esas me dejaron a mi…

Sabes, no sé a qué has venido, no sé qué pretendes, no sé que se te ha perdido por aquí… pero tu recuerdo me ha confirmado un presentimiento que tengo desde hace años: me terminaré casando con esa colonia… Es un reto personal…

Pero no te preocupes, esto no es por ti, es por la colonia.

Querencias (Cap. 1)

Quiero volar. Quiero surcar mi propio camino. Hacer las cosas a mi manera. Escuchar a los demás sólo cuando vaya a visitarlos. Quiero dejar los platos sucios y que cuando vuelva de viaje estén llenos de moho. Quiero dejar la tapa del wáter sin bajar. Quiero que sean las necesidades las que me generen las obligaciones. Quiero no ser juzgado si una noche se me ocurre hacer de maestro y liarme con un bombón de 19. Quiero ser el único responsable de mis éxitos y de mis fracasos… y quiero que sea la soledad y la distancia la que me inspire a compartirlos. Quiero que si no riego las plantas se me mueran. Quiero que las ventanas conserven los restos de lluvia. Quiero que nadie me recuerde lo que me carcome… y no quiero que me hables de nada trascendental hasta que me haya tomado mi café. Quiero tomar decisiones sin sentido. Quiero apuntarme a cosas y desapuntarme al día siguiente. Quiero gozar de la sensación de equivocarme. Quiero dejar las cosas para el último minuto. Quiero el estrés de no saber si me he dejado algo. Quiero que no sea todo perfecto. Quiero que me prestes tu toalla. Quiero que me exijas tu lado de la cama.

Coordinémonos!

<Dicen que todo lo que nosotros estamos buscando, también nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas. Descansa. Ya verás lo qué ocurre a continuación.>

Tierra de Lobos, cap.5

Dime que sabes volar…

Un abrazo Ta!

Lo que cuesta matar a un niño

Un placer. Un placer haber llegado hasta aquí. Un placer haberos conocido, a todos, sin excepción. Un verdadero placer haberos olfateado, haberos degustado, haberos tenido a flor de piel…

Un placer.

<Si los perros ladran es que estamos avanzando…>, dicen los octogenarios que nacieron rodeados de espesura bucólica… Yo, que ya nací contaminado por los gases de efecto invernadero, sólo percibo el avance en medidas de longitud…

35.118 kilómetros. Ciertamente estamos avanzando. Ciertamente hemos avanzado. El cuánto, el cómo o el a costa de qué son extremadamente relativos para urgar en ellos a estas alturas…

Las preguntas que importan, y mucho, es a dónde hemos llegado y qué hemos conseguido.

Bien, remontaré esta narración al kilómetro 0, no de mi vida, sino de mi querida Vespa, que es la que tiene el honor, hoy, de encabezar este post, seguramente con el miedo escénico de quien aparece por primera vez en un plató de los mass media aunque simplemente sea para blasflemar sobre el tocado de Belén Esteban…

Recuerdo perfectamente ese día… acababa de terminar el último examen de la carrera, en septiembre, pues aquella profesora novicia y mal follada (no es un insulto, es un hecho) no alcanzó a apremiar mis cualidades de superdotado: increíblemente lúcido y diestro para algunas cosas y orgullosamente negado para otras…

Desde entonces ha llovido mucho y eso que estamos en una región seca. No sabría contaros todas las aventuras y desventuras que he pasado con esa maravillosa moto… han sido miles…

Tuve momentos en los que soñaba con vestir de Ferragamo y ser un doctor en Ciencias de la Comunicación, en otros quería ser un hippie, en otros me autoadulaba con mi rol de redactor creativo bohemio y burgués, en otros quería montar mi propia agencia, en otros me daba tanto asco el sistema de mercado que me escapé a una comuna en Sierra Espuña para tratar de demostrarme a mi mismo que Cortázar no se equivocaba sobre lo que era una buena inversión de futuro…

Pero el aprendizaje no fue fácil, tuve que pasar miserias y penas, tuve que abandonar a mucha gente por el camino y tuve que sufrir en mis propias carnes el abandono, tuve que enfrentarme a mis demonios, a mis miedos, a mis mentiras autoflorecientes… tuve que aprender a pedir, a agradecer, a pasar hambre y sed… tuve que entender que el mundo no se mueve por el cálculo o la lógica, que todo y todos tienen su razón de ser, que criticar es una pérdida de tiempo, que quién critica todavía está en desunión con su ser… tuve que descubrir la humildad, la dignidad y la bondad… tuve que apañármelas para vivir de la nada… tuve que dejar de salir a la luz del sol… tuve que dejar de hacer planes… tuve que aprender a coger las oportunidades por los cuernos y a lanzarme a los ríos con más frecuencia y alegría… y lo más difícil, tal vez, tuve que aguantarme a mí mismo durante todo el tiempo… aprender a soportarme, a conocerme, a reirme de mi mismo, a apreciarme, a valorarme…

¿No quieres jugar conmigo? ¡No pasa nada, pues me busco la vida yo solito! ¡Y olé, que molón que soy, que salsa tengo!

Me dí cuenta de la cantidad de cosas que sé hacer, la cantidad de cosas que me interesan, la cantidad de cosas que me quedan por vivir…

A lo largo y ancho de estos 35.118 km, tuve infinitas dudas sobre qué debía hacer con mi vida, a qué debía dedicarme, dónde debería de vivir, con qué mujer de las que conocí me debería haber casado, qué tipo de vida debía darle a mis hijos…

Tonterías. Todas las preguntas y todas las sentencias que contienen la palabra «deber» son tonterías. El deber es la basura que nos inculcan nuestros padres, el sistema educativo, la moral imperante y los medios de comunicación desde que nacemos. Con perdón: me cago, desde arriba y en forma líquida, sobre los «deberes».

Si una cosa he sacado en claro después de todo es que si uno quiere ser feliz tiene que hacerle caso omiso a los deberes.

A partir de ahora sólo tienen valor las querencias, los deseos y los sueños. Viva la vida. Viva la magia de la creación espontánea. Viva la libertad. Viva la diversidad. Viva el individuo como fuente de su propia realidad…

El otro día abordaba mi incapacidad para elegir entre todas las oportunidades que se abrían ante mis ojos a consecuencia de mi ausencia de juicio sobre lo nuevo y mi total desapego de lo antiguo. Bien, quedé en deuda de responder un comentario que se me planteaba al respecto. Yo partía de la base de no saber qué elegir y dicha persona me proponía darle la vuelta a la tortilla averiguando de qué podía prescindir. Tras un par de semanas de pruebas y análisis, creo que el método que a mí mejor me ha funcionado es, rizando aún más el rizo, enumerar las cosas de las que no puedo prescindir. De hecho, esta línea de pensamiento me ha tranquilizado bastante y creo que la voy a incluir en mi colección de logismos…

Bueno, teniendo en cuenta que esto pretende ser la crónica de una muerte anunciada, tal y como se deduce de su título… considero que debemos abordar ya la trama, pues los antecedentes, los personajes y las circunstancias colaterales han sido ya sobradamente detalladas…

Hoy he tirado todas las cosas que me recordaban de alguna manera, por algún costado, a aquel niño porculero, quejica, arrogante, infeliz, lameculos, acomplejado, lleno de dudas, amariconado, baboso, arruinado, politoxicómano, sin criterio, sin autovaloración, necesitado, triste, obsesivo, desaliñado, torpe, vergonzoso, cabizbajo, solitario, perdedor, temoroso, incrédulo, vendido, sin identidad, sin rumbo, sin agallas y sin poder.

Hoy, 4 de octubre de 2010, tras 35.188 km y a escasos dos meses de mi 30 aniversario en este planeta, siento que por fin me he domado a mi mismo, me he purgado, me he adiestrado, me he moldeado…

Por fin he dejado de castigarme por no ser perfecto, he dejado de juzgarme por pensar diferente, he dejado de complacer a los demás y estoy aprendiendo a complacerme más a mi mismo, he dejado de derribar todo lo que construyo con mis ataques de duda y pánico, he dejado de pedir perdón por ser como soy y, sobre todo, he dejado de lloriquear y de relamerme las heridas…

Hoy he empezado a ser, a secas, sin aderezos, a pelo, tal cual, como viene en el bote… Hoy me he lanzado al río, al río de la vida, al río de las posibilidades…

A partir de ahora, soy un hombre nuevo, un Hombre con mayúsculas, orgulloso de sí mismo, valiente, firme, elegante y honesto.

Estoy aquí, con el corazón abierto. Vengo a jugar, vengo a apostar, vengo a coger lo que me corresponde, vengo a vivir, a salsear, a disfrutar de la vida.

Hola a todos/as. Aquí empieza una nueva historia. Aquí empieza la verdadera historia. Los que habéis vivido la primera parte tal vez os sorprendáis (o tal vez no), pero os aseguro que si os dejáis llevar será divertido y emocionante. Los que tenéis la suerte de empezar por la segunda parte, buahhh, vais a flipar.

Ale, ¡que empiece la función!

Hueso de cuero

Sigues buscando que te valoren Mariquita; sigues buscando llamar la atención para que te juzguen, para que te puntúen de 1 a 10, para que te den una palmadita en la espalda o para que te den una patadita en el miembro… no soportas la indiferencia… no soportas pasar desapercibido… tienes que ser calificado desde el primer día, desde el primer momento… necesitas saber que alguien te aprueba, que te tiene en cuenta, que te estima… esperas como un perrito hambriento la tarea y el premio… <Bob, tráeme eso>, <Buen Chico, te mereces un hueso de cuero>…

¿No me has valorado? Eso es que no me he esforzado lo suficiente… Mañana me dejaré la piel… Mañana seré mejor… Verás… Voy a apuntarme al gimnasio… A comer bajo en grasa y cenar barritas de cereales… Ahora, te gusto más ¿verdad?… Ahora, ¿me llamarás?…

No me has llamado… Eres un cabrón… Ya no me quieres… Con lo que yo he hecho por ti… Hasta he dejado de fumar… Me he depilado el pecho… Me he puesto a aprender árabe, ¿no querías ir a Marrakech?…

No te perdono. No te olvido. No me absulevo de la duda de si podría haber hecho algo más… seguro, la culpa es mía… no he estado a la altura… soy una mierda pinchada en un palo.

Bueno, pero habrá que empezar de nuevo… Ánimo…

Dios, he encontrado el trabajo de mi vida… Aquí si me valoran… La segunda semana ya me pidió mi jefe que me quedara yo al cierre… Me ha dejado las llaves a mi… Soy una persona importante!

b: <¿Pero te pagan más por quedarte tu sólo a cerrar?>

a: <No hombre, es que yo soy el que tiene la llave, tengo que cerrar yo… Además, él está muy liado, tiene varios negocios… y la otra camarera, la pobre, tiene un niño pequeño y me da lástima que se vaya tan tarde…>

b: <Ahhh…>

a: <Dios, me encanta, es la primera vez que alguien confía en mi… Me ha dejado las llaves a mi…> <Mañana voy a venir un poco antes, así puedo arreglar un poco el almacén que está un poco desordenado>

b: <Si. Seguro que tu jefe va a estar muy contento…> <Luego nos vemos>

a: <¿A dónde vas?>

b: <Me he apuntado a clases de tango.>

a: <Que suerte tienes, yo siempre he querido aprender a bailar… pero es que no tengo tiempo… siempre estoy hasta arriba de obligaciones…> <Pero bueno, no te aburro con mi vida… Tú disfruta…> <Nos vemos pronto, ¿no?> <Llámame y voy a verte…>