Acho, como me comería un arrocico en la playa.

Dejar una ciudad atrás, a las espaldas, es dejar atrás una mentalidad, una forma particular de interpretar y de crear la realidad…

Cuando te dispones a sumergirte en lo nuevo no te das cuenta de hasta qué punto estás atrapado en ciertos esquemas previos y sólo empiezas a patalear cuando te empiezan a hacer sangre del roce.

Dejar atrás una ciudad es cortocicuitar una red de interconexiones neuronales automatizadas y malgastados por los años.

Dejar una ciudad en la que llevabas viviendo 20 años, es como dejar tu trabajo de toda la vida…

Es como si dejas a tu esposo acomodado y te lías con una amiga de tu hija en su fiesta de cumpleaños y te fugas con ella a Córcega a comer queso de búfala…

.

Dejar tu ciudad: 45 euros

Dejar a tu madre vivir su vida, salir del vientre materno, romper el cascarón, descubrir que también tienes dos manos, comprender que la vida tiene sus pros y sus contras, empezar a escuchar tu vocecilla interior, aprender a elegir con la conciencia, jurar respetarse y mimarse a uno mismo, gritar tu verdad a los cuatro vientos y que te importe un pijo lo que opinen los otros, que devengas en fluido y flotes entre las energías sin ser alterado, que la vida comience a apremiarte con respuestas a tus sueños, que hayas comprendido y aceptado que todo llega pero todo lleva su tiempo… eso no tiene precio.

Para todo lo demás, Mastercard.

.

Volveré! (Es una amenaza!)

6 pensamientos en “Acho, como me comería un arrocico en la playa.

  1. vickychachi dice:

    jeje

  2. vickychachi dice:

    A veces, se encuentra una en diferente ciudad comentiendo las mismas estupideces…

  3. Sí, jejjee, incluso durante un tiempo a uno le divierte eso de cometer las mismas estupideces, al fin y al cabo, nuestros errores nos hacen más auténticos que nuestros valores (para lo que encuentro tres explicaciones: los errores suelen ser más numerosos, más frecuentes y más estruendosos que los valores)…
    Bien, hasta aquí bien, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que en verdad buscas y ansías es que te valoren por tus dones y no que aplaudan tus errores… e inmediatamente vislumbras que para eso necesitas primero tiempo, después constancia y, lo fundamental (o el fundamento, como diría Arguiñano): una dirección…
    Hilando estas tres variables obtenemos como resultado la Gran Obra que todos hemos de realizar en nuestra vida y por el cual nos harán de amar y odiar nuestros coetáneos…
    >
    Uyyy… creo que no me habías hecho ninguna pregunta… y yo aquí esputando líneas para continuar unos inocentes «puntos suspensivos».

  4. vickychachi dice:

    Para eso están los puntos suspensivos…

    I love it!!

  5. vickychachi dice:

    No me deja parafrasear tus frases!!! joe
    Esta parte es la que me gusta:

    «nuestros errores nos hacen más auténticos que nuestros valores (para lo que encuentro tres explicaciones: los errores suelen ser más numerosos, más frecuentes y más estruendosos que los valores)…»

    A ver si ahora sale!!

  6. vickychachi dice:

    😉

Deja un comentario