Error de software

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Hoy, hace un momento, me sobrevenía la revelación de que si llevo 28 años tratando de buscarle y/o darle un sentido a mi vida puede ser que, simplemente, la vida carezca de sentido.

De hecho, yo no veo más que un par de opciones, claramente convergentes:

1. Que la vida esté totalmente predestinada, osea, que nuestra existencia consiste en resistirnos o, en el mejor de los casos, dejarnos llevar por la vida. En este caso, llegaríamos, a la conclusión de que si hay un programa interno prediseñado para ejercer un rol y crear un consecuente estilo de vida, tiene que ser un software malo-malo para no haberse ejecutado en 28 primaveras, por lo tanto, y asumiendo que no es probable que exista tal programa, tampoco hay muchas pujas a que se ejecute alguna vez, en consecuencia, he(mos) venido a este mundo ficticio con un programa erróneo, ergo la vida no tiene sentido.

2. Que la vida no tenga sentido.


Una vez disuelta la primera bruma, ¿qué otra triquiñuela podría bloquear nuestra realización personal?

Creo que aquí lo primordial sería hacer un balance de nuestro nivel de libertad. Comencemos por elaborar una lista con las cosas que no estemos dispuestos a perder bajo ningún concepto.

Si la lista tiene menos de tres elementos, el sujeto es apto para el ejército japonés.

Si la lista tiene menos de dos, es probable que se trate de un palestino.

Si no tiene ninguno, besémosle las manos, sin duda estamos ante un futuro mártir.


No sé donde encasillarme, ese es mi dilema.


Y ahora es cuando la duda se pone interesante de verdad, pues si la vida no tiene sentido, qué sentido tiene resistirse a ella, si la predisposición es difusa, por qué no abrazar la magia del azar y que pase lo que tenga que pasar.

El problema es que casi siempre pasa lo que no tiene que pasar. De lo que debemos concluir que:

1. Tengo que aceptar mis dimensiones imperfectas y asumir que lo que pase pasará porque tenía que pasar, que yo soy así y no tiene sentido intentar evitarlo.

2. Incluso el azar tiene su ritmo y su compás. Que no hay nada más bello que una bofetada de la vida, improvista, ágil, donde más duele, perfecta, pura, irrepetible, majestuosa.


Moraleja:

La vida no tiene sentido, no trates de dárselo, no lo tiene y ni lo puede tener; Disfruta, pues tu tarea aquí es aprender a despreocuparte, aprender a liberarte, aprender a ser feliz, aprender a vivir.

Una vez, no hace mucho, leí una frase que creo que concluiría bastante bien este enorme paja mental:

<Sufrir es una pérdida de tiempo.>

Aunque yo lo redondearía tipo:

Pensar es sufrir y sufrir es una pérdida de tiempo.

Osea, don’t worry baby, nothing really matters.

Just enjoy the ride.


Good Luck


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